El 15 diciembre 1961 un tribunal israelí condenó a Adolf Eichmann a la pena de muerte, por crímenes contra la humanidad, al haber coordinado las deportaciones de judíos a los campos de concentración.
Después de la Segunda Guerra Mundial el criminal de guerra nazi Adolf Eichmann huyó de Austria hacia la Argentina en donde vivió bajo el nombre de Ricardo Klement. En mayo de 1960, agentes del servicio de seguridad israelita atraparon a Eichmann en la Argentina y lo llevaron a Jerusalén para enjuiciarlo en una corte israelí.
El juicio de Eichmann despertó el interés internacional, visibilizando ante la comunidad internacional en toda su dimensión el proceso genocida desatado por el régimen nacional socialista. Los testimonios de los sobrevivientes del Holocausto, especialmente de los combatientes de los ghettos como Zivia Lubetkin, generaron interés en la comunidad judía.
El juicio incitó una nueva oportunidad en Israel; muchos sobrevivientes del Holocausto se sentían capaces de compartir sus experiencias mientras que el país enfrentaba este capítulo traumático.
Fieles a nuestro compromiso permanente en la defensa de los principios fundamentales del estado democrático de derecho y la protección y promoción de los derechos humanos, desde La Red de Jueces Penales Bonaerenses destacamos la relevancia histórica de un suceso que llevó a los ojos y oídos del mundo el testimonio de quienes fueran víctimas de uno de los episodios más oscuros de la historia contemporánea.