La Red de Jueces Penales de la Provincia de Buenos Aires lamenta profundamente el fallecimiento de la Profesora Lucila Larrandart. Su partida representa una pérdida profunda y dolorosa para la comunidad académica y para el ámbito del Derecho Penal en Argentina. Como docente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, su influencia se extendió mucho más allá de las aulas, impactando a generaciones de estudiantes y profesionales del derecho que encontraron en ella no solo una mentora excepcional, sino también un ejemplo a seguir en la defensa de los derechos humanos y el Estado de Derecho.
Lucila Larrandart se distinguió por su compromiso inquebrantable con la justicia y la equidad. Su labor académica y profesional se caracterizó por un enfoque riguroso y crítico del Derecho Penal, siempre orientado a la protección de las garantías fundamentales y al fortalecimiento del debido proceso. Su voz se alzó en múltiples ocasiones para denunciar las injusticias y para abogar por una aplicación del derecho que respetara la dignidad de todas las personas.
Además de su brillante carrera académica, la Profesora Larrandart tuvo un rol destacado en la defensa de los derechos humanos durante los momentos más oscuros de la historia argentina. Su participación activa en la denuncia y el esclarecimiento de los crímenes de la dictadura militar dejó una huella imborrable y contribuyó significativamente a los procesos de memoria, verdad y justicia en el país. Su valentía y determinación en la lucha contra la impunidad resonaron profundamente, inspirando a muchos a seguir su ejemplo.
La herencia de Lucila Larrandart no se limita a sus logros profesionales y académicos; se extiende a los valores y principios que encarnó a lo largo de su vida. Su legado perdurará en cada abogado y abogada que haya tenido el privilegio de aprender de ella, en cada decisión judicial influenciada por sus enseñanzas, y en cada esfuerzo por construir una sociedad más justa y humana.
En estos momentos de tristeza desde La Red entendemos necesario y esencial recordar y honrar su contribución invaluable al Derecho Penal y a los derechos humanos. La Profesora Larrandart nos deja un camino trazado por el compromiso ético, la lucha por la justicia y la defensa incansable de los derechos fundamentales. Su memoria seguirá viva en la labor continua de aquellos que buscan un mundo más justo, y su ejemplo será una guía luminosa para futuras generaciones de juristas y defensores de los derechos humanos.
