Saludo del Dr. Pettigiani con motivo de las fiestas

«Las obligaciones del cargo de juez deben desprenderte de ti mismo. Ya se acabó el mirar por tu comodidad, por tu salud, por tu reposo, para mirar por tu conciencia. Tu bien propio lo has de considerar como ajeno, y sólo el público como propio. Ya no hay para ti, paisanos, amigos ni parientes… Por todas partes debe tener bien fortalecida el alma el que se viste de toga… No quiero decir que el juez sea feroz, despiadado y duro, sino constante, animoso, íntegro (Fray Benito Jerónimo Feijoo Erudito español 1676-1764, texto dirigido a su hijo por un magistrado anciano con motivo de haber sido designado aquél Juez del rey)
Transitamos ya los últimos peldaños de este 2017, y es pertinente efectuar un balance de lo actuado y escudriñar lo por venir.
En ese menester no podemos soslayar que hoy por hoy la sociedad (no nos engañemos pensando que es sólo el periodismo) visualiza al Poder Judicial con una notoria desconfianza.
Creemos que ello es injusto. En todo caso -al menos- se trata de culpas compartidas y aunque nada duele tanto a la Justicia como la injusticia, no podemos reaccionar ligeramente y con altanería frente a los reclamos.
Dejemos en claro que no somos los únicos responsables.
Pero no incurramos en el error de marginamos alegando que todos los males provienen de otras fuentes y que somos por completo extraños a ellas.
Cada sector de la sociedad debe asumir sus deudas.
Así como se expresa que hay que recrear el país retrotrayéndonos a sus bases constitucionales, y reconstruyendo su imagen, también debemos hacerlo con la nuestra.
No encontremos refugio en la alegación de que debemos actuar con estricta sujeción a la ley, y que es ella la que debe ser reformada, porque si bien es razonable que debe ser así, también cabe tener en cuenta que toda norma requiere ser interpretada y que por ello mismo, en definitiva es la interpretación del magistrado la que prudentemente le da vida a la luz de los principios y los valores jurídicos.
Por cierto hay que tener en cuenta que para conseguir un resultado, además de la buena intención se necesitan medios técnicos adecuados, los que en ocasiones -cuando el legislador no está provisto de suficiente preparación técnico jurídica- como señala Domenico Barbero, no alcanzan para producir buenas normas, idóneas para satisfacer las exigencias que han dado motivo a su emisión.
Pero si bien no rehuimos responsabilidades, tampoco vamos a cejar en nuestra exigencia de que el Poder Judicial, como uno de los tres poderes del Estado cuente con medios materiales suficientes para llevar a cabo la misión que tiene encomendada por mandato constitucional con independencia, eficiencia y celeridad, para lo cual es indispensable que goce de autarquía, jueces idóneos suficientes, buenas leyes, edificios adecuados, salarios equilibrados con quienes realizan las mismas tareas, policía judicial y cárceles que respeten el mandato constitucional de mantener en condiciones dignas a sus ocasionales ocupantes.
Nunca debemos perder de vista que estamos para servir y que ese servicio debe priorizarse más aún cuando lo debemos prestar a los sectores más vulnerables.
La exigencia siempre debe ceder ante la prioridad del deber. Como expresó el primer poeta gauchesco rioplatense Bartolomé José Hidalgo «Primero es la obligación, cada uno cumpla la suya y después será razón que reclame sus derechos».
Si bien este mensaje tiene como principales destinatarios a quienes hemos sido ungidos con el compromiso de la judicatura, también se dirige a quienes desde su rol de auxiliares en sus diversos menesteres, colaboran con aquella función de un modo inescindible, aunque ciertamente con distinta carga de responsabilidad.
Vaya con estas reflexiones mi sincero y cálido reconocimiento a todos ellos por lo mucho y bueno realizado a lo largo del ario, junto con mi exhortación para que nos acompañen -en el que tendrá en la realización de su cometido con su mejor dedicación y capacidad, sabedores de que eso es lo que reclama y espera de nosotros el pueblo de la Provincia,
Reciban el ferviente deseo de una muy feliz Navidad y los mejores augurios para todos Uds. y sus familias en el Nuevo Ario.
EDUARDO JULIO PETTIGIANI
La Plata, 14 de diciembre de 2017

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