PESAR POR LA MUERTE DEL EX FISCAL JULIO CÉSAR STRASSERA

Strassera

Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: «Nunca más».

Julio César Strassera

En los primeros años de la transición democrática, a Julio César Strassera le correspondió el deber jurídico y la responsabilidad político-institucional de ejercer la acusación fiscal en el histórico juicio a las Juntas de Comandantes en Jefes que asaltaron el poder el 24 de marzo de 1976, sucediéndose unas a otras sin solución de continuidad hasta el 10 de diciembre de 1983, período en el que se aplicó un plan sistemático de persecución y exterminio, a través del terrorismo de estado, cuya intensidad y dimensión no conocía precedentes en este continente.

Resignificando el valor de ese “Juicio al mal absoluto” (así se tituló la obra póstuma de Carlos S. Nino) se sostuvo que “hubo pocas instancias en la historia del mundo, y ciertamente ninguna en Latinoamérica de persecución de quienes fueran los responsables por violaciones masivas de derechos humanos. La Argentina hizo justamente eso y, en forma aún más notable, llevó a cabo esta tarea sin un ejército invasor”1.

Strassera cumplió una función clave para efectiva realización del juicio, tomando como punto de partido el valioso trabajo realizado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), creada por el expresidente Raúl R. Alfonsín a los pocos días de haber asumido su cargo2. Con ello, hizo además una notable contribución al afianzamiento democrático, desde la recuperación de los valores cívicos y morales que deben impregnar al sistema institucional, porque no hay democracia ni república sin memoria, verdad y justicia.

Más allá de su encomiable desempeño jurídico, logrando probar a lo largo de varios meses de tensas audiencias3 la existencia de un verdadero plan genocida, diseñado y ejecutado desde las cúpulas militares, Strassera supo destacar por la ejemplaridad de sus conductas públicas, convirtiéndose –con seguridad, sin proponérselo y sin quererlo– en un modelo a seguir para los fiscales en el Estado de Derecho.

La noticia de su fallecimiento, a la vez que nos provoca un hondo pesar, nos permite recordarlo a través de su obra. Y más aún… nos permite decir que con Julio César Strasera se va una buena parte de la historia reciente de los argentinos, pero nos queda su legado y su ejemplo.

Muchas gracias, doctor!

1 “Juicio al mal absoluto”, edit. Ariel, Bs. As. 2006, pág. 261.

 

2Decreto del PEN n° 187/83, del 15 de diciembre de 1983.

 

3 El juicio se realizó ante la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, entre el 22 de abril y el 9 de diciembre de 1985.

 

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