El rugby no es sólo un deporte, es una forma de vida (Un programa auspicioso que incluye al deporte al servicio de la resocialización). Por Ricardo S. Favarotto

Practica de rugby en la Unidad 15 de Mar del Plata
Practica de rugby en la Unidad 15 de Mar del Plata

Hará unos siete u ocho años, se me acercó un compañero de tribunal entusiasmado, casi diría eufórico, por los avances producidos en el programa para incluir al rugby entre las actividades formativas en la Unidad Penal 15 de Batán, con la finalidad de favorecer la reinserción social mediante la enseñanza y práctica de este deporte. 

Escepticismo o desconfianza, algo de eso debe haber visto en mi primera reacción ante la buena nueva (según él), que enseguida me dijo: El rugby no es sólo un deporte, es una forma de vida… Y ahí nomás abundó en explicaciones sobre la relación entre los fines constitucionales de las penas de encierro, la necesidad del tratamiento y la práctica deportiva. También me contó que el objetivo central del programa era el de colaborar en la reeducación y resocialización de los internos a través de la enseñanza del rugby y sus valores. Por último, me dio detalles sobre el funcionamiento de una actividad análoga (el Proyecto Fénix) que poco antes se había comenzado a implementar en la Unidad Penal 9 de La Plata, así como del Proyecto Alcatraz (Venezuela) y de la cárcel juvenil de Soweto (República de Sudáfrica), etc.
La incredulidad inicial, de a poco, fue cediendo paso a la expectación y a la esperanza.
Con el correr del tiempo y el trabajo comprometido de una larga lista de visionarios, entre ellos, mi amigo (el juez), la experiencia del complejo penitenciario Batán no sólo se ha ido desarrollando y expandiendo como actividad deportivo-recreativa, sino principalmente como estrategia propiciatoria de la resocialización que por mandato constitucional y legal las cárceles deberían tener, para el bien de todos y para el mal de ninguno.
Haciendo una interpretación progresiva y sistemática del texto constitucional, bien podría reescribirse el emblemático axioma del último párrafo del artículo 18 del siguiente modo: Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y rehabilitación y no para castigo de los reos detenidos en ellas…
Los resultados del proyecto son contundentes. Los números lo expresan con inigualable claridad:

 200. Son los partidos que se han jugado en el marco del Rugby en las cárceles, y hay un dato que resalta: Nunca hubo una infracción antideportiva.
 5. Son los días a la semana que los internos entrenan. Todos los días, excepto jueves y domingos, donde 3 días trabajan con entrenadores y 2 entrenan sólo con sus capitanes, sin que haya problemas de ningún tipo.
 547. Son los internos que, en siete años, participaron del programa.
 208 de ellos cumplieron su pena y salieron en libertad. 7 solamente volvieron a delinquir.
 30 y 40%. Entre esas cifras se ubica el índice de reincidencia en la Provincia de Buenos Aires.
 4%. Es el valor al que no llega a superar la reincidencia de quienes participan del programa de Rugby en las cárceles.

Ante la evidencia, me rindo. Mi amigo tenía razón… ah casi me olvido de decirlo, mi amigo se llama Esteban Viñas.

Ricardo S. Favarotto

Posdata: Para más información sobre el programa de rugby en las cárceles bonaerenses, recomiendo entrar al portal de la Asociación Cambio de Paso: http://cambiodepaso.com/cambio-de-paso/

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