Conceptos de Kevin Lehmann, sociólogo y vocero del Colegio de Magistrados y Funcionarios Provincial:
“Yo creo que es una relación basada en una serie de malentendidos, el malentendido de la expectativa de justicia: El Poder Judicial resuelve problemas con límites, no tiene el absoluto justicia, tal como el sistema público de salud no tiene salud, no te puede dar salud, te puede resolver un problema y tu salud seguirá evolucionando.
Entonces hay muchos malentendidos de base, no se entiende que un sistema público requiere del trabajo de todos, parece que los jueces tienen justicia y la reparten.
La Argentina tiene tres millones y medio de causas nuevas por año y hay seis mil jueces, esta es la realidad de nuestro sistema. Un millón seiscientas mil causas nuevas por año para mucho menos de seis mil jueces porque son los jueces penales.
Ese sistema no se resuelve cambiando seis mil personas.”
Periodista: “Qué pasa con esa frase de la puerta giratoria, la bronca que tiene la gente, de los delincuentes que entran después salen y cometen los mismos delitos o peores y esa sensación de impunidad?”
- Lehmann: Hace tres años lo dijeron en una entrevista había 35 mil detenidos en la Provincia de Buenos Aires, ahora hay 43 mil detenidos en la Provincia. No tenemos plazas para esos. Excepto que me digas que son voluntarios, esos son jueces los que los han metido presos, lejos de una puerta giratoria, nosotros tenemos una puerta más grande de lo que podemos administrar.
Cuando un menor de edad comete un delito, los jueces, de responsabilidad penal juvenil, le tienen que decir al Instituto a quien sacan, porque no hay plazas para todos.
No hay ninguna puerta giratoria, lo que hay es un problema de incremento del delito que no depende del Poder Judicial, en absoluto.
Los jueces del fuero de ejecución penal se encuentran con una estadística: Una de cada dos decisiones que tomen va a tener por detrás un delito, esa es una apuesta de la sociedad que les pedimos a los jueces que paguen.
Esa es una apuesta que hacemos la sociedad, nosotros podemos cambiar la ley, es decir, nadie sale hasta el último día de su condena.
Simplemente hacemos esa apuesta y le pedimos al juez que la pague.
Los jueces aplican las leyes. Esas leyes a veces dicen dos por uno y otras veces dicen ley Blumberg y el juez tiene que aplicarlas”.
